viernes, 3 de marzo de 2017

Mi Dueña


Mi Dueña

Tiene eco esta palabra, Dueña, eña, eña,
al decirla desfilan en mi cabeza, eza, eza,
batallones de etiquetas y realezas, ezas, ezas.

Mi Dueña, autora del día y la noche,
anuncia el amanecer con su presencia,
y acude la oscuridad en su retirada.

Mi Dueña, eña, eña


     nic de Savy

thor







Eran las siete de la mañana y a los pies de la cama trataba de complacer el sueño de mi ama.
Llevaba dormida dos horas y toda mi preocupación era que no volviera a despertarse. En los
últimos días le había costado dormirse, mi labor era sencilla masajes en los pies y en especial en los
callos que tenía al final de sus perfectos dedos. Lo había conseguido y mi ama no consentiría que
mis torpezas impidieran su sueño. No dormí en toda la noche, pero con mis atenciones había
logrado que mi dueña consiguiera encadenar tres horas de sueño.
Divina despertó y un giro brusco de sus pies daba a entender que pronto querría bañarse y
desayunar. Preparé el baño a la temperatura que más le gusta y sus tostadas ligeramente rayadas.
Cuando todo estuvo dispuesto me acerqué a cuatro patas al borde de la cama y elle subió
dulcemente a mi lomo que no a horcajadas. Me dirigió al baño y me dijo:
-Supongo que está el baño en condiciones. Quédate en la puerta no quiero perros molestando
Esperé. Oía como el agua salpicaba sobre su piel, como descalza pisoteaba la alfombra del baño.
Escuché un chasquido y entendí su significado. Recogí su bata y se la preparé, de nuevo me puse a
cuatro patas y la lleve a la cocina. Al llegar me dio una bofetada, creo que algún vaso no estaba del
todo limpio o tal vez el agua de la bañera no estaba en condiciones. Debo estudiarlo detenidamente,
más tarde me lo preguntará y si no acierto tendré el castigo oportuno. Para los castigos mi ama es
muy concienzuda sabe darme o quitarme lo que realmente vaya a molestarme sin que mi condición
sumisa me permita beneficiarme del castigo.
Permanecía agachado a su lado a la espera de sus ordenes, de vez en cuando se derramaban algunas
sobras al suelo unas veces por atención a su esclavo y otras porque caían de su boca, todas debía
recogerlas del suelo con la boca. Este fue un día de suerte ya que mi ama no se termino su tazón y
puede tomar algo de leche revuelto con migas de pan, mi señora gusta de hacer gachas en la leche.
Dejo el tazón en el suelo, síntesis perfecta de leche, migas de pan, y saliva de mi dueña, incline mi
cabeza y como el perro en el que me ha convertido soy, meti mi hocico en la taza, tratando de
apurar hasta la última migaja.
Fregué los platos, recogí la cocina. Mientras mi ama leía. Fui a por el periódico y alguna revista.
Divina se enoja cuando no tiene lectura y la novela que leía estaba a punto de terminar. Me vestí y
tapé mi collar con un pañuelo. Mis vecinos sonríen al verme con el pañuelo, les sonrío. Compré
también lo que mi ama sugirió le gustaría comer. Lo hace durante el día anterior en forma de clave
debo estar atento y saber descifrar sus apetencias. Ayer durante una película de Ganster, dijo:
-Que bien comen estos Italianos, verdad perro.
-Guau.
Creo que en la escena la comida eran spaguetti a la boloñesa, no lo pude ver bien ya que estaba de
espaldas a la tele, me encontraba masageando sus cayos. Esta tarde lo sabré, cuando después de
comer me acaricie el lomo o tire de mi correa y me sacuda un bofetón. Es una estupenda
adiestradora y sabe despertar mi atención. Todo lo que se se lo debo a mi Diosa.
Llegue a casa y bese los pies de mi Ama, ella no dijo nada. Empecé mis tareas. El Baño, la cocina y
la comida. Cuando terminé me acurruqué a los pies de mi ama, ella siguió leyendo algunos
cotilleos. Sus acertados comentarios me acercaban a la prensa rosa, una Duquesa de avanzada edad
se acababa de casar y este acto colmaban las páginas de las revistas del corazón.
Estaba a punto de empezar el sueño del borrego cuando note un suave tirón. Mi ama estaba vestida
y me dijo:
Perro holgazán hoy no has hecho ejercicio ni tus necesidades. Levanta el culo que nos vamos.
-Si mi ama
y zas guantazo. No recordé que cuando el tratamiento de mi ama hacia mi es de perro debo ladrar.
Guau.
Cogimos el coche y nos fuimos a un descampado algo solitario. Mi ama no le gusta que nuestros
juegos sean públicos y por eso al salir tratamos de ser discretos. Al llegar jugueteo conmigo
lanzándome una pelota. Después de jugar un rato y de mear y cagar bajo un árbol volvemos a casa.
Le sirvo la comida a mi dulce Ama y parece que no le desagrada. Creo que acerté en el menú. Mi
Diosa se dispone a comer:
Perro no molestes, fuera de aquí .
y me da un puntapiés. A cuatro patas desaparezco y salgo a la terraza. Desde allí puedo oír su
chasquido para cambiar los platos. Al terminar mi Justa Diosa cogiéndome de la barbilla, me dice:
Perrito cocinero veo que ayer estuviste atento. Si, para hoy quería Spaguetti a la boloñesa, lo ves
cuando te esmeras sabes complacerme. Esta noche tendrás tu premio, ahora come los restos,recoge,
limpia y te espero en el salón. Así fue.
En el salón mi Dueña estaba recostada viendo la tele. Señaló sus manos y comencé a estirar sus
dedos. Alterné ambas manos, pasaron mas de 20 minutos. La dueña de mis sueños me dijo:
También tengo espalda.
Empecé un masaje a lo largo de hombros y espalda. Rascaba, acariciaba y besaba. A mi hermosa
Ama le entró sueño y el sofá no le era suficientemente cómodo, me dispuse como un caballo y
monto hasta el dormitorio. Allí señalo los cayos de sus pies y comencé su masaje. Vi como al cabo
de una hora estaba dormida, de su boca salía un precioso y suave sonido. Aproveché y dormí
también. Despertó y no me vio chupando sus pies, acto que tanto le relaja. Con sus dos pies me dio
una fuerte patada, caí al suelo rodé y desperté.
¡Inútil, vago y estudido perro!. Hogazan no te mereces mi protección, hoy mismo te abandono
desnudo en una gasolinera.
No era una amenaza fue un hecho, minutos después aparcó el coche en una gasolinera que estaba a
dos kilometros de casa y me dijo.
¡Fuera Perro bobo! No quiero verte más.
En la gasolinera sólo y desnudo sabia lo que me esperaba. Busque las calles menos transitadas y
conseguí llegar a casa sin toparme con autoridad alguna. Una vecina mayor se quedó mirándome.
Traté de saludarla como si la situación fuera de lo más normal:
Hola vecina
No contestó, frunció el ceño y me siguió con la mirad, no se si exactamente me miraba el culo o la
espalda. Subí por el ascensor y entré en la casa me arrastré a sus pies, le supliqué como lo hacen los
perros sumisos, besé sus pies y le juraba que no volvería a comportarme como un holgazán.
Mi Ama en principio me apartaba con su pié aunque por fin permitió que le besara sus pies. Me
llenó de satisfacción su perdón. Y no sería la única buena noticia de la noche. Puso una película y se
dispuso a verla mientras indicaba sutilmente lo que quería. Un masaje a veces en los pies otras en
las manos o espalda, un vaso de agua, algunos caramelos. Me lo decía con una mirada un sonido o
una indicación. Eran muchos años y conocía sus apetencias con solo mirarla.
Al terminar la película. Me cogió por la barbilla y me dijo:
Perrito, ¿recuerdas que esta mañana te prometí un premio?
Guau.
Se quitó el pantalón del pijama, la lencería y se recostó plácidamente. Me sorpresa fue enorme
cuando descubrí que esa noche me iba a permitir acariciar su santuario. Así lo hice siguiendo sus
indicaciones, mi lengua se movía como ella disponía unas veces se movía de arriba a bajo otras
chupaba y la mayoría de las veces se movía rápidamente. Así estuvimos mas de una hora. Yo estaba
muy excitado. Me miro de arriba abajo y me permitió correrme con sus pies. Me restregué como un
perro en celo mientras ella movía su pie para facilitarme el Orgasmo. Me derramé y agradecido besé
sus pies.
La noche había terminado como hacía mas de un mes no terminaba, con mi sexo flácido. Le llevé al
baño y luego al cuarto. Allí me miro y me dijo.
perrito esta noche quiero dormir sola vete al salón y puedes dormir en el sofá.
Le besé el pié y dormí plácidamente en el salón.

tuyo



Si quieres un amante
yo hare todo lo que tu me pidas
y si quieres otro tipo de amor
usare una mascara por ti.
Si quieres un compañero toma mi mano
o incluso si queires golpearme cuando estes enojada,
aqui estoy, soy tu hombre.
Si quieres un boxeador
me metere al ring por ti
y si qieres un dorctor
examinare cada pulgada de ti.
Si quieres un chofer en tu intenrior
o si quiere manejarme, sabes que puedes
soy tu hombre.

martes, 28 de febrero de 2017

De rodillas



De rodillas, a sus pies, el mundo se ve de otra manera. Subir la mirada recorriendo esas  largas piernas, que van desde los tobillos al cielo, donde se unen, hacen de la escalada toda una aventura. Y esa mera idea de hacer esa subida, sujeto a su piel únicamente por los labios, hace que mi frente empiece a sudar. Curiosa contraposición, ya que mientras mi frente se derrite, la reacción en otras partes es algo más “pétrea”. En fin, todo viaje tiene un primer paso, y para este… me inclino y le beso suavemente los dedos de los pies. Me demoro esperando y deseando su indicación para proseguir que parece que no llega, indicación de que los besos no son mal recibidos y los disfruta.
Cuando ya me he resignado a quedarme en los pies, mi Señora se dirige a mí con su voz autoritaria.
-Perro, puedes continuar, pero mucho cuidado. Ya sabes como es mi piel de delicada-.
Sonrío para mis adentros feliz de poder complacer a mi Dueña. Mis labios van ascendiendo despacio, rozando la suave piel. Siento un cosquilleo de placer que espero que sea reciproco mientras mis ojos ya atisban la parte baja de la minifalda.
-PARA!!!- La voz de mi Dueña suena como un latigazo en mis oídos que hace que me detenga inmediatamente con un sobresalto.
-Hoy tengo ganas de otra cosa que me temo que no será tan placentera para ti como para mí. Hoy jugaremos a los chicos que han sido malos y que tienen que ser corregidos por “las malas”.
Yo escucho atentamente a mi Dueña mientras u escalofrío me recorre por dentro sin saber que tiene mi Dueña en mente. La ignorancia es el peor de los miedos.
-Vete a gatas al mueble de los juguetes y tráeme el flogger, el de 9 tiras. Lo quiero en tu boca y voy a contar hasta 10 para que estés de vuelta. Si no lo consigues atente a las consecuencias-.
Como una bala voy gateando al mueble, pero en mi interior sé que mi Dueña lo ha calculado para que sea imposible que me dé tiempo. La oigo contar hacia atrás en alto y me la imagino con una sonrisa en sus labios disfrutando como los segundos caen como una guillotina sobre el condenado. Y el fatídico CERO se oye cuando me faltan tres metros para llegar. No sé qué es peor, si la sensación de fracaso o la mirada taladrante que mi Dueña me lanza cuando finalmente llego.
Ella se inclina y acaricia mi cabeza para luego retirar el flogger de mi boca.
-Perro, no solo no llegas a tiempo sino que además me das el flogger babado. Que crees que eres, un bulldog? Me temo que esto tendrás que pagarlo. Vamos!! No me hagas perder más tiempo y súbete a la cruz que no tenemos todo el día-. Con la cabeza gacha respondo suavemente. –Si Señora-.
Resignado a mí destino, me arrimo a la cruz donde mi Dueña me ata mirando a la madera convenientemente. Los brazaletes de cuero que cierran mis tobillos y muñecas estiran mis piernas y brazos y atados a la madera parecen salvavidas a los que aferrarse ante lo que va a venir. Los agarro firmemente mientras oigo el ruido de los tacones de mi Dueña. Pego un pequeño bote al sentir su mano acariciándome la espalda, lo que hace que se me ponga la carne de gallina inmediatamente.
Ella se ríe. –Parece que alguien está bastante nervioso hoy-.
-Lo siento Señora- digo avergonzado, aunque en el fondo sé que sus caricias siempre las sentiré como si me traspasase la electricidad.
Ella me pasa los dedos por el pelo como si fuese un cachorro al que hay que tranquilizar y milagrosamente consigue el efecto que persigue. Me siento relajado en sus manos mientras baja la mano por el cuello, la espalda para acabar dándome una palmada en el culo. PLASSS!!!
Noto en mi culo una sensación de calor mientras el sonido de sus tacones se alejan la distancia de unos pasos.
-Bien, perro. No quiero oírte hasta que te dé permiso, entendido?- Si señora- respondo tenso.
De improvisto siento un golpe como si fuese una bofetada en la cara hasta que un segundo después me doy cuenta que es en la espalda por el dolor que siento. Aprieto mis dientes intentando no soltar ni un gemido aunque las tiras de cuero han dejado una lacerante sensación en mi piel. Parece como si se hubiese desgarrado algo. Un segundo impacto cae inmisericorde aunque esta vez no me pilla desprevenido. Arqueo la espalda mientras mis dedos se clavan en los brazaletes de cuero que me sujetan. No sé porque pero mientras el dolor cruza mi cuerpo no puedo dejar de pensar en cómo deseo oir los jadeos de esfuerzo de mi Dueña al azotarme. Esos jadeos como de una tenista sacando. Como deseo confundir en mi mente esosjadeos con los de placer. Y quiero decir confundir y con-fundir, también a fundirlos literalmente todos en uno. Inexplicablemente mi miembro está duro como una roca mientras los azotes caen unos sobre otros dejando mi cuerpo en un torbellino de sensaciones dolorosas.
Mi miedo es que mi mente se nuble y no pueda evitar romper el silencio. Es entonces cuando oigo la voz jadeante por el esfuerzo de mi Dueña. – Muy bien perro. Ya puedes gemir si lo deseas-.
No me hago esperar y entre dientes le doy las gracias a mi Dueña. –GrrraaacciassssssSeeñoooraa-. Me la puedo imaginar sonriendo mientras el sudor le cae por el escote.
El látigo sigue cayendo pero a partir de ahora mis gemidos se funden con los de mi Dueña en una lujuriosa sinfonía. Es como tener sexo a una distancia de tres pasos con tiras cuero de por medio. No me corto gimiendo por la sencilla razón de que sé cuánto le gusta a mi Dueña oírme. Esa sensación de poder que le da el control sobre la-perdida-de-control de su sumiso.
Mis piernas ya no me aguantan más y siento como tiemblan en esa forzada posición. Afortunadamente, mi Dueña ha parado y oigo como respira profundamente. Se acerca a mí y me sorprende dándome un beso en el hombro derecho.No sé porque, en lo lo único que puedo pensar es en que no le moleste el sudor que lo cubre.
         
                                              tasio de Savy

Perro de Savy



Perro de Savy

Empiezo mi verso en un ladrido,
lo acabo a los pies de una caseta
                        donde vivo.
                       
Mi paisaje, los pies de mi Dueña,
mas hermosos que el paisaje mas bello
de una serranía adornada en verde
                     y tejida en seda.
       
Ladro porque vivo,
vivo porque mi Dueña
así lo decide,

Mientras sueño en perro
mi Ama taconea sobre mi alma  


                        nic de Savy

viernes, 24 de febrero de 2017

Entregado a mi Dueña Savy



Larga espera arrodillado,
manos a la espalda,
unidas por unas dulces esposas,
presencian la llegada esplendorosa
de la propietaria de este sumiso.

Majestuosos pasos da a mi alrededor,
que solo me está permitido ver hacia el suelo
provocando en mí, admiración y respeto,
pues la Diosa se digna a contemplarme,
sumiso, inmóvil y expuesto.

Mi cabeza sufre un tirón,
llueven palabras amenazantes en mis oídos,
que provocan un mar de sensaciones en la mente:
miedo, no, excitación, no, es un cóctel,
que me transporta a la mas absoluta de las entregas.

Dulces azotes golpean mi cuerpo entregado.
A cada golpe me uno a ella,
a través del látigo que magistralmente
produce placer y dolor respectivamente,
a cada uno de los extremos.

Mi rendición está entregada,
mucho antes de librar esta batalla,
pues siempre deseo perder,
para entregar lo mejor de mi,
a quien se merece mi sumisión